Mañana comienza la Eurocopa. Y lo hará, a mi parecer, sin un claro favorito. Alemania sigue siendo la misma incógnita que en las últimas grandes competiciones: un bloque sin individualidades, pero con cabeza, con velocidad y con un gran poderío físico. Es decir, un equipo aburrido, soporífero, sin ambición, sin garra, sin corazón y sin cojones: totalmente automatizado y que me caen mal. Por mucho que me digan que un clásico es un clásico, Alemania no llegará a la final. No es mi apuesta.
Italia siempre es Italia. Por eso llegará a la final. Los italianos son, como se viene diciendo en la calle, unos hijos de la grandísima puta. Entiéndase esa expresión como esos cabrones que nos hacen correr como locos, ceden la posesión de la bola y, justo en el momento en el que les vas a meter un gol, te lo meten con el culo en el descuento y con un tío en el suelo. No sé como lo hacen, pero siempre les sale y nunca fallan. Estarán ahí.
Como Inglaterra no está, hay que buscar al equipo con tradición, solera, potencial y grandes jugadores que se quedará en el camino. Y ese equipo es España (que suenen los tambores y timbales, ¡tachán!). Siempre está en las apuestas, siempre tiene jugadores contrastados, nunca tiene un seleccionador con dos dedos de frente y nunca estará compitiendo por el título. ¿Por qué? Nadie lo sabe, ni ellos mismos. Lo que está claro es que, mientras Aragonés siga sin dar el control y la confianza necesaria a gente como Cesc Fabregas, España nunca será nadie.
Del perfil de España veo a Portugal y Holanda. Los lusos tienen a Cristiano Ronaldo, que está más pendiente de su manager Jorge Mendes que del balón, y los holandeses tienen a Heitinga, el típico cabra que pierde los papeles 3 veces al año que se convierte en el gran fichaje del Atlético de Madrid, lo cual provocará que pierda los papeles cada 15 días. En Portugal no veo a un equipo que pueda dar garantías, pero sí en Holanda: Van deer Vart, Robben, Schneijder, Huntelaar, Van Nistelrooy, Kuiyt... Un equipazo como España que, a diferencia de los furiosos (término derivado de "La Furia"), tienen tranquilidad y un el entorno idílico para poder llegar a algo.
Y luego nos quedan las revelaciones, equipos que siempre apuntan alto y que no suelen pasar de la primera fase (véase Colombia en el Mundial del 94, por ejemplo). Se apuntan a este carro selecciones como Chequia (ya lo fueron una vez y no cuajó), Rumania (una selección que no puede contar con un jugador porque se lesiona tras chocarse con un periodista no se merece nada) y Rusia (que tiene un equipazo campeón... Para dentro de 4 años. Abramovich, este no es tu año).
En definitiva, que mis apuestas son Italia y Holanda, por lo que, viendo mis dotes adivinas, la final será un Alemania - España.
P.D.: Dirán algunos... ¿Y Francia? Sin comentarios: Ja, ja, ja. (Por tanto llegarán a la final).
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