sábado, 3 de mayo de 2008

Ori Fogg | Manchester

Qué viaje más cansado y poco productivo… Más que nada por el resultado lo digo.
Todo empezó el lunes, a las 6:30 de la mañana, hora en que me sonaba el despertador para irme al aeropuerto. El vuelo salía a las 11, pero a ver quien es el listo que llega a Barcelona a las 9 de la mañana en un lunes laborable.
Llegué al Prat a eso de las 9 y poco, así que tuve tiempo de desayunar y tal. El desplazamiento era el más grande de la temporada, por eso viajamos en un aparato de esos de dos pisos. El viaje fue infernal. Las dichosas turbulencias hicieron que hasta una de las azafatas tuviera que refugiarse en el baño para echar la papa. Imaginaos la confianza que da eso. Si quien te tiene que salvar se marea… vamos listos.

Llegamos a Manchester a eso de las dos y pico del mediodía, hora en que estaba programada la rueda de prensa de Sir Alex Ferguson. Obviamente, no llegamos a tiempo. Fuimos directamente al hotel y, de allí, a comer. Como siempre, fuimos con las prisas y, de hecho, salimos del restaurante masticando porque ya nos esperaba el autocar para ir al entreno y rueda de prensa de Rijkaard.

Como veis en la foto, la expectación era brutal. Conté unas 25 cámaras de televisión y había como mínimo 100 periodistas. El partido lo merecía.


Justo después de la rueda de prensa tenemos los típicos 15 minutos de entrenamiento a puerta abierta y, como no, eso supuso mi primera toma de contacto con el Teatro de los Sueños. Ciertamente, el campo es muy bonito, a mi me gustó muchísimo. Pero ya no tanto por el interior, sino porque está rodeado de mística. Me explico. Por fuera, Old Trafford cuenta con muchísimos homenajes. En estas fotos, por ejemplo, podéis ver el recuerdo a las víctimas del fatal accidente de avión que se llevó por delante a 7 jugadores del United.

Y justo al lado está el reloj que dicen que se paró en el momento en que caía el avión en ese fatal accidente del 6 de febrero de 1958.

Pero esto no es todo. Además hay estatuas, murales dedicados a los grandes jugadores que han pasado por ese campo etc. Digamos que es un estadio muy trabajado. Donde el recuerdo se convierte en protagonista. Y es que, además de los homenajes en la parte exterior, en las entrañas del estadio también hay montones de fotos de los cracks como Cantona, Beckham, Yorke, etc. Murales de los títulos conseguidos, de las noches mágicas en el estadio, en fin, un museo increíble donde no pararías de sacar instantáneas. De hecho, yo os muestro la foto más friki que conseguí. ¿Os acordáis de Okunowo?


Después de la sesión, cogemos el autocar y volvemos al hotel, para salir pitando a cenar algo, que allí cierran muy temprano. Pero el tiro nos salió por la culata. Queríamos ir a dos sitios, el bar Barça, que se encuentra en Catalonia Square, y al Harper’s, que es de propietario español y culé. Pero nada. Mala suerte la nuestra. Con lo cual cenamos en un italiano.
Como ya nos sucedió en la comida, salimos del local con el postre en la boca, porque teníamos que entrar en directo para el programa de la noche y un servidor tenía que buscar a alguna persona que hablara español y me pudiera contar algo de Manchester. Fui al bar “La Tasca” donde todos los camareros son españoles. Metí en directo a David, un valenciano que iba al partido para animar al Barça. Mi jefe quedó contento. Pues nada, trabajo hecho, y a disfrutar un poco. Nos tomamos una copa en este mismo bar porque el amigo nos invitó. Y posteriormente nos aconsejaron ir a un local llamado Brannigan’s. Hicimos caso, pero la cosa no me gustó del todo. A dormir se dijo.

Llegamos al día de partido. Por la mañana me despierto tempranito y me dirijo al campo del Manchester City, que ya os enseñaré en otro post. Después decido ir a comer donde se encuentran los seguidores culés, para vender algo de ambiente para el programa del mediodía. Aquí podéis ver que hubo colorido, y animaron, os digo yo que se dejaron la garganta.

Con el tiempo justito nos fuimos al hotel a preparar el partido. Allí ya comencé a darme cuenta del gran partido que viviría. Hasta el momento sólo pensaba en cinco minutitos más allá.

A eso de las 18:30 hora española nos montábamos en el autocar destino Old Trafford. Se me pusieron los pelos de punta con la musiquita suave que nos puso el conductor y veía de fondo ese campo hermoso. Os podéis hacer una idea con esta foto.


Y es que si desde fuera ya se le caía la lagrimita a uno, más intenso era el sentimiento cuando pisaba suelo de los sueños. Esta es la primera imagen que tuve después de pasar por los pasillos que te llevan a la zona de prensa.


Y es que el partido todavía no había comenzado pero ya se notaba el ambientazo. Se escuchaban los cánticos de los que estaban por los aledaños y uno se iba haciendo una idea de lo que podría ser esa olla a presión.

Lo curioso del tema es que el partido comenzó a la catalana. Con un mosaico modesto pero con mucho sentimiento. Cabe decir que los del Barça también tienen el componente sentimental pero, además, están bastante mejor trabajados. (Justo encima del mosaico podéis ver a los culés que viajaron)


¿El partido? ¿Hace falta hablar de eso? Yo paso. Mejor termino con otra foto, la del último banquillo europeo que ha visto a Frank Rijkaard como técnico del Barça. Después del partido esta era la imagen del último recuerdo que tendrá el holandés.

1 comentario:

Rodrigo G. Fáez dijo...

Estuve en Old Trafford hace un mes y su afición me pareció lo más similar a la del Bernabeu: un estadio que puede más o menos intimidar, pero una afición acomodada y que anima lo justa siempre que su equipo gana. Una pena lo del Barça porque a poco que hubiera creido y querido, estaría en Moscú.